El entrenador Gustavo Álvarez tiene una estrategia clara para cambiar el rumbo de las últimas malas temporadas de la Universidad de Chile. Se destaca su enfoque para llevar al equipo a la grandeza y dejar atrás los años sin triunfos, enfrentando un desafío que se prevé bastante considerable. ¿Logrará consolidarse?
El DT argentino optó por dirigir al Romántico Viajero en lugar de competir en la Copa Libertadores con Huachipato, el equipo que lo consagró campeón del fútbol nacional recientemente. Ahora, no solo tiene la presión de estar al mando de un club grande como la U, sino también la responsabilidad de lograr buenos resultados durante su estadía.
El sueño de volver a los primeros planos
Desde mediados de 2017, la U de Chile no ha logrado levantar ningún trofeo en el fútbol chileno, y los fanáticos renuevan su esperanza de ver al equipo en la cima de la competición en cada inicio de temporada. Álvarez se comprometió a plasmar en el campo de juego su visión de tener un equipo ofensivo y protagonista.
Durante una conferencia de prensa previa a un amistoso contra Unión Española, el entrenador expresó su motivación y satisfacción con el plantel de jugadores que ha encontrado. Destacó las capacidades y la jerarquía del equipo, enfatizando que la grandeza se puede alcanzar cuando hay buen material y humildad en conjunto.
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Además, se aferró a la importancia de enfocarse en el día a día y buscar superarse constantemente. Cada entrenamiento debe ser mejor que el anterior, cada partido debe ser el mejor, y así sucesivamente. Reconoció la presión que conlleva la sequía de triunfos, pero sentenció que el equipo puede hacerse cargo de los 90 minutos de juego y no de los 7 años de historia. Claro y conciso.
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